viernes, 22 de octubre de 2010
Ay ay ah!
cuando a mi ardiente boca
su dulce labio aprieta,
tan del placer rendida
que casi a hablar no acierta,
y yo por alentarla
corro con mano inquieta
de su nevado vientre
las partes más secretas,
y ella entre dulces ayes
se mueve más y alterna
ternuras y suspiros
con balbuciente lengua
Juan Meléndez Valdés
Necesito más días como estos y menos trabajo, llamadas y "quedadas informales" para una caña y charlar de asuntos varios...pero ahora tocan los asuntos varios y la Seminci. Es, esta semana, como una tortura, que en el fondo anhelas cada año. Hay torturas que se anhelan sin saber muy bien por qué...
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